Por Julio Worman, Analista de Programas

Invertir en el desarrollo rural es clave para reducir el hambre y la pobreza e impulsar la agricultura familiar y las economías locales. Por eso, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de las Naciones Unidas (FIDA) trabaja en colaboración con los gobiernos federales y estatales, así como con numerosos actores de la sociedad civil y del sector privado, para transformar los sistemas agroalimentarios, haciéndolos más resilientes, sostenibles y equitativos. La Cooperación Sur-Sur y Triangular (CSST) es una importante herramienta adoptada por el FIDA para la transformación rural sostenible e inclusiva, fomentando el conocimiento y las asociaciones entre pares y alentando las inversiones en el sur global. 

El Fondo ha liderado los esfuerzos para identificar, compartir y promover buenas prácticas y soluciones destinadas a mitigar la pobreza rural y la seguridad alimentaria y nutricional, con especial atención en las prácticas agrícolas sostenibles, la promoción de la asociatividad y el cooperativismo, y la comercialización de productos de la agricultura familiar. En este contexto, el Centro Brasilia de Conocimiento y Cooperación Sur-Sur y Triangular del FIDA, inaugurado en 2018, ha desempeñado un papel importante en el fortalecimiento y la ampliación de la agenda de la CSST en la región de América Latina y el Caribe, así como en la consolidación de alianzas con instituciones brasileñas y regionales.

Las experiencias exitosas de las operaciones del FIDA y de una amplia gama de socios se difunden a través de rutas de aprendizaje, visitas de campo, intercambios técnicos, talleres, etc., así como mediante publicaciones técnicas y de políticas. Fue en el contexto de las crecientes y exitosas experiencias desarrolladas por los proyectos del FIDA que se diseñó un intercambio entre Angola y Brasil, buscando profundizar las similitudes y relaciones entre dos iniciativas apoyadas por el Fondo: el proyecto Pro-Semiárido (Brasil) y el Proyecto de Fortalecimiento de la Resiliencia de los Agricultores Familiares (Angola).

El intercambio técnico fue posible gracias a una asociación en la que participaron la Agencia Brasileña de Cooperación (ABC) y la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa). Durante el recorrido de más de 1.500 kilómetros, participaron representantes del Instituto de Desarrollo Agrario (IDA), organismo vinculado al Ministerio de Agricultura angoleño y responsable de la ejecución de los proyectos del FIDA en el país.

A partir de los intereses y prioridades definidos por la AIF, se organizó una agenda de visitas y reuniones para el período comprendido entre el 30 de julio y el 7 de agosto. El intercambio se centró en la educación rural contextualizada, el saneamiento rural, la resiliencia climática y la agregación de valor y comercialización de los productos de la agricultura familiar. 

Entre las buenas prácticas y experiencias que más llamaron la atención de los participantes en el intercambio, destacaron: 

- La visita a la Escuela de la Familia Agrícola (EFA) de Sobradinho, caracterizada por la innovación metodológica de la pedagogía de la alternancia, una experiencia vivencial que permite a los jóvenes pasar un periodo quincenal en la escuela y otro en sus comunidades, para aplicar los conocimientos del sistema educativo "formal" y hacerlos dialogar con los conocimientos empíricos y comunitarios. La EFA está desarrollando y experimentando diversos principios sociales y tecnologías que forman un todo integrado y holístico, como el “recaatingamento”, un proceso de recuperación y regeneración del bioma de la caatinga, bioma brasileño, además de los sistemas colectivos e individuales de tratamiento de aguas residuales y la reutilización de aguas grises, el proceso de compostaje para producir abonos orgánicos y la producción de alimento para animales en períodos de sequía. 

- En el asentamiento São Francisco, otro de los espacios visitados, destacaron las cisternas de captación de agua para consumo humano y producción, los viveros de semillas de horticultura agroecológica y la experiencia de Certificación Orgánica Participativa, en la que los agricultores familiares se organizan en grupos y realizan visitas técnicas y de seguimiento para certificar a sus pares. 

"Las experiencias de captación y reutilización de agua son interesantes para la región sur del país, donde el clima es más seco. En esta región, la introducción de tecnologías de reutilización es esencial. Sin embargo, las regiones del norte y del centro también se beneficiarían de la instalación de cisternas para el consumo humano y la producción." (Dulce Escala, representante de IDA en la provincia de Bengo, Angola).

El valor añadido, el marketing, la logística y la comercialización de los productos de la agricultura familiar también fueron temas tratados durante el intercambio. En el municipio de Uauá, la delegación visitó dos agroindustrias: una centrada en la transformación de leche de cabra y otra en la transformación de frutas autóctonas, como el umbu. La lechería, ubicada en la comunidad de Testa Branca, fue inaugurada en 2023 y cuenta con una infraestructura que le permitirá procesar 5.000 litros de leche por día, beneficiando a aproximadamente 300 familias de 18 comunidades. El emprendimiento pretende generar empleos calificados y prestar asistencia técnica en áreas como nutrición y mejoramiento genético, haciendo que los jóvenes se interesen en permanecer en el campo. 

La Cooperativa Agropecuaria Familiar de Canudos, Uauá e Curaçá (COOPERCUC), fundada en 2004, empezó con un grupo de mujeres que se reunieron para elaborar artesanalmente productos del fruto del umbu, "el árbol sagrado de la caatinga".

Hoy, COOPERCUC trabaja con productos procedentes de la extracción de plantas autóctonas, respetando los ejes social, medioambiental, cultural y económico, y dando prioridad a los productos con certificación ecológica. La cooperativa es reconocida nacional e internacionalmente, llevando productos del bioma de la caatinga a diversos mercados y garantizando condiciones más dignas para los pequeños agricultores de la región semiárida de Bahía. Sus principales productos son las mermeladas, jaleas y confituras de umbu, fruta de la pasión de la caatinga, guayaba, zumos y pulpas, así como cervezas y licores.  

"En la región centro-sur de Angola hay una producción caprina considerable y podríamos aprovechar la transformación de la leche a través de agroindustrias como la de Testa Branca. Además, la valorización y transformación de frutas autóctonas, como el umbu, es un ejemplo interesante con efectos directos en la seguridad alimentaria y la generación de ingresos para las familias de pequeños agricultores." Joaquim Faustino, representante de IDA en la provincia de Uíge. 

La delegación también tuvo la oportunidad de ver un ejemplo de éxito en la comercialización de productos de la agricultura familiar. El Armazém da Caatinga, un espacio comercial estratégico, busca apoyar y promover la diversidad de productos de la agricultura familiar y de la economía solidaria. La empresa, que ha recibido apoyo del FIDA, trabaja con productos de cooperativas afiliadas y otras empresas brasileñas de agrobiodiversidad. El control de los productos tiene en cuenta los métodos de producción agroecológica, la comercialización solidaria, la gestión colectiva y la preservación del medio ambiente. La mayoría de los productos comercializados tienen Certificación Orgánica y el Sello de Agricultura Familiar.  La selección de productos incluye una diversidad de alimentos naturales que son libres de agroquímicos, sostenibles y propicios para la generación de empleo y renta para las comunidades rurales.

"En el contexto angoleño, la transformación y mejora de los productos de la agricultura familiar es muy incipiente. Es posible ampliar la transformación, añadiendo valor y comercialización. Los mercados institucionales y el conjunto de políticas públicas dirigidas al sector de la agricultura familiar también son lecciones para Angola". Augusto Guimbi, Coordinador de la Unidad de Proyectos del FIDA en Angola.

Además de visitar buenas prácticas y experiencias exitosas apoyadas por el FIDA en Brasil, los participantes en el intercambio pudieron participar en el Semiárido Show 2023, una feria organizada por Embrapa para promover prácticas agrícolas adaptadas a regiones semiáridas. Además, visitaron el centro de Embrapa dedicado a la yuca y a la fruticultura, situado en el municipio de Cruz das Almas, Bahía. 

El Salón del Semiárido es una gran feria de innovación tecnológica, organizada para promover el desarrollo sostenible de la agricultura familiar en la región semiárida brasileña. La feria es gratuita y está abierta a productores, profesionales de asistencia técnica y extensión rural, así como a agricultores familiares, estudiantes, comunidad científica, gestores, responsables de políticas públicas y otras partes interesadas.

El evento contó con la participación de 228 caravanas de productores rurales, que reunieron a cerca de 12.000 agricultores de 137 municipios de nueve estados brasileños. La delegación visitó diversos stands de venta de productos y soluciones tecnológicas, la feria de economía solidaria y la feria de agrobiodiversidad y soberanía alimentaria, destacando las semillas criollas de las comunidades campesinas, que preservan los recursos genéticos y el conocimiento local. 

"Nos llevamos muchas ideas que pueden adaptarse a nuestra realidad y beneficiar a nuestros agricultores. La valoración de los recursos fitogenéticos, la importancia de una ATER calificada, basada en principios pedagógicos que faciliten la comunicación, así como diferentes perspectivas sobre tecnologías, sociales y políticas, que pueden ser adaptadas a nuestra realidad a través de convenios y acuerdos de intercambio técnico en temas como agroecología, cisternas, sistemas de reutilización, comercialización, etc.". Anita Esperanza, Directora General de la ADI.  

La última actividad de campo incluyó una visita a Embrapa Yuca y Fruticultura Tropical, una unidad descentralizada de Embrapa que realiza y coordina investigaciones dirigidas a aumentar la producción y la productividad, mejorar la calidad de los productos, reducir los costos de producción y posibilitar el aprovechamiento de áreas aún subutilizadas para los cultivos de yuca, piña, banana, cítricos, papaya y maracuyá. La cadena productiva de la mandioca, alimento básico de gran parte de la población brasileña, ha sufrido grandes transformaciones. En muchas regiones, ha pasado de ser un cultivo tradicional de subsistencia a convertirse en una importante cadena de producción, que ofrece una amplia gama de productos derivados con un importante valor añadido. La harina sigue siendo esencial, pero el almidón de mandioca se ha convertido en el producto ancla de muchas empresas. Las alianzas estratégicas entre la investigación, la empresa privada y las organizaciones de productores han contribuido a mejorar la cadena de producción de la mandioca. 

"El papel fundamental de la investigación y la extensión para la agricultura familiar quedó patente en varias de las experiencias que visitamos. Por ejemplo, el trabajo de Embrapa en el campo del mejoramiento genético y del aprovechamiento productivo y procesamiento de la mandioca. Vivimos con el desafío de la productividad y de la producción de alimentos sanos. El cultivo de la mandioca es de gran importancia y la base de la alimentación del pueblo angoleño. Adaptar y reproducir las buenas prácticas agrícolas y sociales es esencial para el desarrollo de las comunidades y economías locales." Xavier Abrantes, Asesor Especial de la AIF.

Ruta de aprendizaje: reflexiones, retos y oportunidades para la misión

El intercambio finalizó en las instalaciones de la Compañía de Desarrollo y Acción Regional de Bahía (CAR), organización responsable de la ejecución del proyecto Pro Semiárido (PSA). En este momento, rico en enfoques críticos y reflexivos, se debatieron y enriquecieron diversos aspectos de las experiencias visitadas. 

"La focalización y selección estratégica de los participantes en el PSA, que llega a 32 municipios y 4.000 comunidades, tuvo un gran impacto en los resultados alcanzados. Las nuevas percepciones de la agroecología como "ciencia del lugar", de los ingresos no medidos estrictamente como ganancia económica y el impacto en la reducción de la pobreza rural en un 21%, añadiendo una lectura multidimensional al concepto, son reflexiones importantes que nos ayudan a repensar los programas y políticas públicas dirigidas al desarrollo rural." César Maynart, Coordinador Ejecutivo de la APS.

Como seguimiento concreto, se acordó organizar una reunión virtual posterior al intercambio, para evaluar conjuntamente la relevancia y el impacto de la visita e identificar oportunidades potenciales concretas de cooperación Sur-Sur y triangular entre Brasil y Angola, a corto y medio plazo, a partir de las experiencias visitadas.

"La cooperación Sur-Sur se consolida una vez más como una importante herramienta de intercambio de experiencias y conocimientos orientados al desarrollo rural sostenible, con especial atención al cambio climático y la resiliencia, así como a la participación de jóvenes y mujeres, y la educación y extensión rural contextualizada. A través de asociaciones estratégicas como la que mantenemos con ABC y Embrapa, seguiremos apoyando a nuestros colegas de Angola en su búsqueda de una agricultura familiar resiliente y productiva." Julio Worman, Analista de Programas del FIDA.