Una nueva Alianza Global para acabar de una vez por todas con el hambre y la pobreza - Plataforma de Conocimientos LAC
Una nueva Alianza Global para acabar de una vez por todas con el hambre y la pobreza
29 Novembro 2024
A lo largo de los últimos decenios, el mundo ha asistido a increíbles logros en la lucha contra el hambre y la pobreza.
En 1945, más del 55 % de la población mundial vivía en la pobreza extrema. En 2018, esa cifra era tan solo del 10 %. Del mismo modo, la proporción de personas malnutridas en los países en desarrollo ha descendido drásticamente, al pasar de una de cada tres personas en 1970 a una de cada 10 en 2015.
Pese a todo, este progreso ha sufrido un estancamiento. Ahora parece posible que los ambiciosos Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular la erradicación de la pobreza y terminar con el hambre para 2030, se vean abocados al fracaso.
Sin embargo, todavía no es demasiado tarde para reemprender el camino y cumplir la promesa de un futuro mejor, si los países y las organizaciones internacionales aúnan sus esfuerzos a través de plataformas como la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza.
¿Por qué resulta tan difícil erradicar la pobreza y el hambre?
Las razones de la persistencia de la pobreza y el hambre son complejas. La agudización de las crisis económicas, sanitaria y de seguridad ha creado la tormenta perfecta que mantiene a las personas sumidas en la pobreza y el hambre. Al mismo tiempo, el volumen de fondos disponibles para resolver estos problemas es cada vez menor.
La pandemia de COVID-19 contribuyó al primer aumento mundial de la pobreza extrema registrado en décadas. En 2022, la cifra de personas en el mundo que sobrevivían con menos de 2,15 dólares de los Estados Unidos al día era de 712 millones, 23 millones más que en 2019. Aunque los niveles de pobreza han disminuido desde entonces, siguen siendo más altos de lo que habrían sido de no haberse producido la pandemia.
Del mismo modo, el número de personas que pasaban hambre en 2022 era de 735 millones, lo que supone un extraordinario aumento de 122 millones desde 2019. La población rural tiene mayor probabilidad de padecer inseguridad alimentaria que quienes viven en las ciudades. Esto se debe en parte a que la pobreza no se distribuye de manera uniforme: la abrumadora mayoría de las personas en situación de pobreza extrema de nuestro planeta vive en zonas rurales.
La población rural de Guatemala se pone mascarillas durante la pandemia de COVID-19. © IFAD/Santiago Billy/Factstory
Parece un reto insuperable. ¿Hay algo que pueda hacer la comunidad mundial para erradicar la pobreza y el hambre?
Los problemas complejos requieren soluciones innovadoras. Es hora de adoptar un nuevo enfoque, y la clave está en el último Objetivo de Desarrollo Sostenible: el número 17, revitalizar las alianzas mundiales.
Esa es la razón por la que el FIDA se ha convertido en miembro fundador de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, una coalición de asociados liderada por el Brasil.
La Alianza Mundial constituye una plataforma de colaboración para los países y los responsables políticos que se enfrentan a la pobreza y el hambre, con el fin de ponerlos en contacto con expertos, asistencia técnica y financiación. A su vez, los donantes tienen la seguridad de que están financiando soluciones probadas y fundamentadas en datos contrastados.
Al promover cambios beneficiosos en las políticas, la Alianza tiene el potencial de impulsar un impacto transformador.
Un paisaje reseco en el suroeste de Mauritania, donde el cambio climático amenaza la seguridad alimentaria. © IFAD/Ibrahima Kebe Diallo
Cómo se propone el FIDA contribuir a la Alianza Mundial
El FIDA se ha comprometido a aportar a la Alianza sus conocimientos especializados en desarrollo rural, acceso a la financiación e innovación en materia de políticas.
En su calidad de organismo especializado de las Naciones Unidas y única institución financiera internacional con el mandato de erradicar la pobreza y el hambre invirtiendo en la población rural, el FIDA puede recurrir a una amplia diversidad de programas de desarrollo que han dado buenos resultados. Por ejemplo:
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Servicios financieros rurales: En Jordania, la ampliación de los servicios financieros entre las pequeñas explotaciones ganaderas fue una parte fundamental del Proyecto de Inversión en el Sector de los Pequeños Rumiantes y de Apoyo a la Salida de la Pobreza de los Hogares en Transición. Muneira utilizó un préstamo para comprar 10 ovejas y ampliar la producción de su invernadero, con lo que aumentaron sus ingresos y adquirió una autosuficiencia de la que nunca antes había disfrutado.
- Acceso a una alimentación saludable: Mujeres como Teakontaake luchan contra las enfermedades no transmisibles en Kiribati. Gracias a la formación, el equipamiento y un práctico libro de cocina que obtuvo en el marco del Proyecto de Fomento de la Alimentación y el Agua en las Islas Exteriores, cultiva hortalizas saludables y prepara comidas nutritivas que le ayudan a controlar la diabetes que padece.
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Agricultura resiliente al clima: Las inundaciones afectan a los medios de vida de los agricultores y las comunidades rurales de Bangladesh. Sin embargo, gracias a la formación y a un nuevo sistema de alerta temprana, el Proyecto de Mejora de la Infraestructura y los Medios de Vida en las Haor ha permitido a los agricultores prever las crecidas repentinas antes del monzón, y proteger así el suministro de alimentos y sus ingresos.
Sabemos que nuestro enfoque funciona. Gracias a medidas como estas, 77,4 millones de personas que participaron en proyectos del FIDA que concluyeron entre 2019 y 2021 aumentaron sus ingresos, mientras que 57 millones consiguieron una mayor seguridad alimentaria.
Los países de la Alianza Global pueden aprovechar esta profunda experiencia para crear las condiciones necesarias para lograr unos sistemas alimentarios sostenibles y unas economías rurales robustas. Mediante la creación de alianzas estratégicas, el FIDA se propone destinar al menos 10 000 millones de dólares de los Estados Unidos a la lucha contra el hambre y la pobreza en la población rural entre 2025 y 2027.
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El hambre y la pobreza son obstáculos inmensos, pero ya conocemos las soluciones. El verdadero reto es aunar fuerzas e impulsar las tan necesarias inversiones hacia los países y las personas más gravemente afectados. La Alianza Global es nuestra mejor oportunidad para hacerlo.