Desde que el equipo del Premio a la Innovación Juvenil Rural inició su entrevista con Karem, Tecnóloga en control ambiental y emprendedora de la iniciativa Sembrando Vida, quedó convencido de su voluntad transformadora. Karem confía tanto en la reforestación de su región como en los jóvenes rurales, estos actores de cambio apasionados que, como ella, no dudan en tomar riesgos ni en soñar a lo grande. 

Sembrando Vida comenzó como un proyecto familiar de vivero forestal que hubiera podido pasar desapercibido si Karem no hubiese decidido ir más allá de la creación de un simple vivero para venta de plantas. Hace año y medio, decidió organizar una campaña de apadrinamiento de árboles, enfocada en la recuperación de especies nativas de su región. Su campaña de siembra tuvo una respuesta masiva: 150 personas se trasladaron con sus familias, motivadas por la idea de apadrinar un árbol, monitorear su crecimiento y hasta darle un nombre. Un acto simbólico, a veces en memoria de un pariente difunto o a veces para celebrar el nacimiento de un hijo, convirtiendo así el árbol en un testigo de vida. 

Pero Sembrando Vida ha ido mucho más allá de la vereda Alaska en la región de Valle del Cauca en Colombia: se han interesado en el proyecto extranjeros que desde Estados-Unidos, Chile, México, Argentina o España siguen monitoreando el crecimiento de sus árboles. Debido en parte a estos padrinos lejanos que podrían llegar a “visitar” sus árboles, Karem está pensando ahora en crear una plataforma para geo-referenciarlos.
 


Día de siembra tras la campaña de Sembrando Vida.

“Esta iniciativa nació de la necesidad” nos dijo. Convencida que la reforestación tiene que ir acompañada de una labor de inclusión social, ha logrado involucrar a los habitantes de la comunidad, quienes la han apoyado, conscientes del valor turístico que puede significar. La carencia de fuentes de empleo es un problema en esta región de Colombia eminentemente agrícola, que produce mucha caña de azúcar, pero que ha sido también muy afectada por el conflicto armado. Por eso, a través de su iniciativa, Karem busca generar empleos fijos formales, especialmente para mujeres cabeza de familia. De esta forma, Sembrando Vida, además de actuar a favor del clima está generando nuevos horizontes para una paz efectiva y duradera en la zona. Actualmente, dos mujeres están trabajando con ella, colaborando principalmente en la colecta de semillas en el bosque y en el vivero donde cuidan de las plántulas. 

Cuando los arboles alcanzan ya una altura promedio de un metro, están listos para la siembra. De esta forma, Karem busca garantizar el arraigo y la sobrevivencia de sus especies nativas. Entre ellas, abundan los árboles como gualanday, guayacán, tulipán, nogal, yarumo, cedro, roble o caímos que dan además muchas flores, frutos y semillas y que atraen los pájaros en la zona. 

 
Karem, señalando la altura de uno de los árboles de la vereda.

Cabe mencionar que Sembrando Vida ha sido galardonada por el Premio a la Innovación Juvenil Rural en la categoría “Acción climática”, porque además de la labor de conservación y reforestación de los bosques, implica la búsqueda de una solución para asegurar el agua de los habitantes de la región. Un proyecto con una visión global que desde ahora ya está beneficiando a muchas personas y al medio ambiente.

Hoy Karem quiere expandir el vivero que se encuentra en comodato en la vereda Alaska con más especies nativas y seguir ampliando sus redes sociales para que el fenómeno se haga viral. “Mi idea es que sembremos árboles en todo el planeta y garanticemos aire limpio, fauna y flora para todos”, dijo. Y seguramente no se va a detener hasta conseguir por lo menos un vivero propio. Mientras tanto, Karem sigue sembrando vida en el Valle del Cauca, pero también está cosechando trabajo y hasta esperanza por su labor de inclusión social. Más allá del impacto ambiental, su iniciativa está cambiando mentalidades. Y tú, ¿ya apadrinaste un árbol? 

Para más información acerca de la iniciativa Sembrando Vida, acceda su Instagram o página en Facebook. 

El Premio a la Innovación Juvenil Rural en América Latina y el Caribe (LAC) es una de las primeras iniciativas del Centro de Conocimiento y Cooperación Sur-Sur del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de las Naciones Unidas y es cofinanciado por el Mecanismo de cooperación Sur-Sur y cooperación triangular entre China y el FIDA. El Premio busca identificar, premiar y difundir iniciativas innovadoras y sostenibles realizadas por jóvenes de países de América Latina y el Caribe.