La COP 27 ha terminado: cinco medidas que el mundo debe adoptar de cara al futuro - Plataforma de Conocimientos LAC
La COP 27 ha terminado: cinco medidas que el mundo debe adoptar de cara al futuro
23 Novembro 2022
Texto originalmente publicado en ifad.org
Para algunos, los resultados de la COP27 serán decepcionantes, sobre todo teniendo en cuenta la urgencia de cumplir los compromisos adquiridos en 2015 y de las numerosas pruebas que indican que estamos lejos de alcanzar las metas relacionadas con el clima.
Mientras la cuenta atrás hacia 2050 avanza sin remedio, el FIDA se desplazó a Egipto para compartir conocimientos sobre la respuesta al cambio climático. El Fondo, que cuenta con más de 40 años de experiencia brindando apoyo a las poblaciones pobres de las zonas rurales que están en primera línea de la lucha contra el cambio climático, exploramos soluciones para ayudar al mundo a retomar el camino hacia un futuro más sostenible.
1. Adaptarse o morir de hambre
Una verdad incómoda, pero cierta. Ante la frecuencia y la gravedad de los efectos del cambio climático —desde las inundaciones extremas en el Pakistán hasta la peor sequía ocurrida en África Oriental en 40 años— el FIDA está dando la señal de alarma. Aunque la mitigación sigue siendo importante, urge disponer de más fondos para ayudar a cientos de millones de productores en pequeña escala a adaptarse a las consecuencias reales del cambio climático.
De no actuar ahora, la inseguridad alimentaria seguirá aumentando en el futuro, al tiempo que los desastres climáticos se hacen más frecuentes. Un mundo más cálido y frágil conducirá a un aumento de las migraciones y los conflictos. Aunque el margen de actuación se reduce a pasos agigantados, los recursos empleados están lejos de satisfacer las necesidades mundiales.
Entonces, ¿qué se necesita? El FIDA está instando a los líderes mundiales a duplicar —como mínimo— su financiación para la adaptación al cambio climático. A día de hoy, el apoyo brindado a la adaptación supone menos de la décima parte del monto necesario.
Por su parte, el FIDA dedica el 40 % de sus recursos básicos a la acción por el clima, haciendo especial hincapié en la adaptación.
La promesa de contribución de USD 9,5 millones de Noruega y el compromiso de Alemania de aportar EUR 15 millones al ASAP+, anunciados en la COP 27, representan avances esperanzadores.
2. Dar con soluciones que funcionen y reproducirlas
El segundo día de la COP 27, en una sala repleta del Pabellón de Egipto, se puso en marcha el programa Vínculo entre el Agua, la Alimentación y la Energía.
Este ambicioso programa, cuyo valor total asciende a USD 15 000 millones, vincula los sectores del agua, la alimentación y la energía. Además, sienta las bases para que Egipto cumpla su agenda en materia de cambio climático para 2030, al tiempo que reconoce la relación entre la acción por el clima y el desarrollo.
El FIDA se encargará del pilar dedicado a la alimentación, mientras que el Banco Africano de Desarrollo (BAfD) se centrará en el agua y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), en la energía.
No obstante, este avance no solo beneficia a Egipto. Tal y como declaró el Enviado Especial del Presidente de los Estados Unidos para el Clima, John Kerry, en la ceremonia de firma del programa, se trata de un modelo que puede reproducirse en otros países africanos, creando plataformas de múltiples interesados y vinculando una serie de pilares fundamentales con miras a establecer una agenda integral para el desarrollo rural.
3. Ayudar a los países pobres a ayudarse a sí mismos
Solo en el último año se han producido un sinfín de desastres climáticos que han trastocado las vidas de los habitantes de los países más pobres del mundo. Quienes se ven más afectadas son las personas pobres del medio rural, pese a ser las que menos han contribuido a la crisis climática.
Muchos se preguntan cómo pueden los países en desarrollo capear la tormenta climática y, al mismo tiempo, reducir las emisiones y ayudar a la población pobre.
Al mismo tiempo, más del 50 % de los países más pobres en desarrollo corren el riesgo de incumplir los pagos de su deuda, a menos que los países más ricos les brinden asistencia urgente.
En la COP 15, los países más ricos prometieron aportar un total de USD 100 000 millones al año en concepto de financiación para el clima a las naciones menos ricas. Doce años después, esas promesas siguen sin cumplirse. ¿Qué se puede hacer al respecto?
El Programa de Adaptación para la Agricultura en Pequeña Escala del FIDA apoya a los pequeños agricultores para que aumenten su resiliencia ante el cambio climático. Dado que estos agricultores han contribuido poco a la crisis climática, los países no tienen que devolver estos fondos, lo que les ayuda a adaptarse a la nueva normalidad sin tener que asumir los costes. En el acto celebrado por el FIDA sobre Recuperación. Reconstrucción. Resiliencia: las mujeres rurales se enfrentan en primera línea a las crisis económicas, alimentarias y climáticas mundiales, Alemania anunció su voluntad de liquidar los pagos atrasados de Somalia al FIDA, valorados en USD 6 millones, y se sumó así a Bélgica e Italia en esta iniciativa. A su vez, esto permitiría desbloquear nuevos fondos, de modo que el FIDA podría seguir apoyando a los pequeños productores rurales del país.
4. Defender los conocimientos indígenas
Ya sea a través de las recetas sostenibles o de la función que desempeñan como guardianes de semillas, los pueblos indígenas contribuyen de manera fundamental a la conservación de los recursos naturales. Sus extraordinarios conocimientos locales pueden ayudar al mundo a adaptarse al cambio climático. Esto quedó patente en la COP 27, cuando tres mujeres indígenas de la comunidad awajún, ubicada en el corazón de la Amazonía peruana, compartieron sus tradiciones ancestrales. En colaboración con el FIDA, este colectivo, integrado únicamente por mujeres, está reforestando su zona y empleando sistemas de riego por goteo para hacer frente a las sequías y cultivar té y plantas medicinales.
Es tan solo una de las numerosas formas en que los conocimientos indígenas —presentes desde hace siglos— pueden ayudar a resolver los problemas actuales.
5. Involucrar al sector privado
En su calidad de Presidente del FIDA, Álvaro Lario señaló que la financiación pública no basta para afrontar la magnitud de la crisis climática. Aunque debería formar parte de la solución, en la actualidad el sector privado tan solo aporta menos del 1 % de la financiación para el clima.
La adaptación constituye una oportunidad comercial sin precedentes, que no se está sabiendo aprovechar. Las instituciones públicas deben esforzarse más por sacar partido a ese potencial, desarrollando casos, instrumentos e incentivos comerciales que canalicen las inversiones privadas en beneficio de la producción en pequeña escala.
Por su parte, además de trabajar con un grupo diverso de asociados , en junio de 2022, el FIDA emitió por primera vez bonos de desarrollo sostenible, y se convirtió así en el primer Fondo y el único órgano y organismo especializado de las Naciones Unidas, además del Grupo Banco Mundial, que entra en el mercado de capitales.