Premio a la Innovación Juvenil Rural: Una mano para Oaxaca, un modelo de reactivación económica y cultural zapoteco - Plataforma de Conocimientos LAC

Premio a la Innovación Juvenil Rural: Una mano para Oaxaca, un modelo de reactivación económica y cultural zapoteco

Una mano para Oaxaca es la iniciativa ganadora del Premio a la Innovación Juvenil Rural 2020 en la categoría Educación

5 abril 2021

El 7 de septiembre de 2017 Perseida estaba en Querétaro, México, cuando el terremoto de magnitud 8.2 sacudió el Istmo de Tehuantepec en Oaxaca. Inmediatamente juntó víveres con sus amigos y se fue para su casa. “Al llegar al pueblo, fue totalmente devastador emocionalmente. Eran calles enteras de casas derrumbadas y solo veías tierra, muebles por la calle, coches que se destruyeron. Parecía una zona de guerra. Algo inimaginable para mi pueblo” contó Perseida. La ciudad de Ixtaltepec, conocida por sus casas coloniales con paredes de colores muy vivos había quedado totalmente destruida. 

Perseida y sus amigos comenzaron a distribuir los víveres que habían traído de Querétaro cuando vieron que otros grupos ya se habían formado para hacer lo mismo. Pensaron entonces en buscar hacer algo diferente para ayudar a la gente a reorganizarse cuando se acercó un panadero del pueblo a pedirles ayuda para la reconstrucción de su horno de pan. 

Desde Fundación Capital, donde Perseida trabajaba entonces como encargada de un programa de educación financiera, sabía de la importancia de reactivar cuanto antes el desarrollo comunitario en Ixtaltepec. “Le marqué a mi jefa y le pedí una metodología de reactivación económica en zona de post desastre (…) Y ella me dijo: Perse, no hay ninguna metodología de este tipo, así que vas a tener que hacerlo sola” contó Perseida. Con todo por hacer y partiendo desde cero, el grupo de jóvenes empezó así a pedir tequio – que significa ‘ayuda mutua’ en zapoteco – para la reconstrucción.  Tres semanas después del terremoto, el panadero ya tenía reconstruido su horno y regalado más de 5000 piezas de pan en el pueblo en reconocimiento al apoyo que había recibido. 

Así surgió la iniciativa Una Mano Para Oaxaca, hoy ganadora del Premio a la Innovación Juvenil rural en la categoría Educación: desde la voluntad de apoyo de un grupo de jóvenes frente a la necesidad de reconstrucción de un pueblo totalmente desfigurado. “En este momento, la reconstrucción no significaba solamente la recuperación de un bien material. Para las familias, significaba tener una lucecita de esperanza en su camino, de reconstrucción anímica también” explicó. La magnitud del programa de resiliencia comunitaria que Una Mano Para Oaxaca había emprendido fue tal que acabaron reconstruyendo 114 hornos de pan en toda la región.  


Habitante de Huazolotilán frente a su horno de pan, reconstruido con la ayuda de Una Mano para Oaxaca.

Mientras Una Mano Para Oaxaca reconstruía hornos de pan, el proceso de demolición de las casas estaba acabando con el ánimo de la gente: “La gente se estaba muriendo de xilase… Xilase en zapoteco es como una nostalgia muy profunda que te invade y decimos que te apaga la luz del corazón” contó Perseida. El pueblo se veía gris. Ya no estaban las casas tradicionales de colores como antes. Ahí fue cuando Una Mano Para Oaxaca emprendió otro proyecto: “Es un programa de murales comunitario llamado ‘Regresemos los colores a Ixtaltepec’ donde rendimos homenaje a guardianas y guardianes de oficios tradicionales para demostrar que lo más bonito de nuestro pueblo no son las casas que se cayeron sino la gente que hace especial Ixtaltepec y que mantiene viva nuestra cultura zapoteca” dijo Perseida. Cabe añadir que los murales están hoy pintados en las paredes de las casas de los mismos artesanos, llamados guardianes de saberes ancestrales, lo que les ha dado una mayor visibilidad y les ha permitido aumentar sus ingresos en un promedio de 50%.
 


Guardiana de Ixtaltepec frente a su mural.

Y así sucesivamente se fue acercando la gente a Una Mano Para Oaxaca quien acabó creando un Centro Popular Cultural de Artes y Oficios tradicionales. Comprometido con la política pública cultural de la región, el grupo está multiplicando hoy los convenios educativos. Así, por ejemplo, acaba de publicar un libro que será distribuido en las escuelas, con tal de contribuir al conocimiento de la cultura, a este renacer de la identidad zapoteca que está brotando con orgullo y acompañando la reconstrucción de la región.

Hoy existe finalmente una metodología de intervención post desastre. Los jóvenes de Una Mano Para Oaxaca han ido creándola sobre la marcha y se ha ido implementando a raíz de una voluntad conjunta de resiliencia. Esta metodología está basada en tres pilares: sanación emocional, reactivación económica y actividades culturales. El éxito del programa es tal que está siendo replicado actualmente en otro estado de México, donde la gente ha sido desplazada tras una inundación. “Creemos firmemente en el arraigo comunitario como una manera de trabajar por el buen vivir de las comunidades”, dijo Perseida. 

Desde el FIDA, compartimos este sentimiento. Y creemos también en la capacidad de innovación de los jóvenes que, como los que conforman el grupo Una Mano Para Oaxaca, son capaces de reconstruir pueblos enteros, de devolverles el ánimo y de sustituir pobreza y migración por riqueza cultural y orgullo de permanecer en el territorio. 

Para apoyar y saber más acerca de las actividades de Una Mano Para Oaxaca, acceda su sitio web o páginas de Facebook e Instagram.

El Premio a la Innovación Juvenil Rural en América Latina y el Caribe (LAC) es una de las primeras iniciativas del Centro de Conocimiento y Cooperación Sur-Sur del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de las Naciones Unidas y es cofinanciado por el Mecanismo de cooperación Sur-Sur y cooperación triangular entre China y el FIDA. El Premio busca identificar, premiar y difundir iniciativas innovadoras y sostenibles realizadas por jóvenes de países de América Latina y el Caribe.