El concepto de Raiz Capixaba nació en 2018 en el sureste de Brasil. Capixaba es el nombre que se da comúnmente a las personas que han nacido en el estado de Espírito Santo y la palabra en sí, que viene de la lengua indígena tupi, significa campo o tierra limpia para la plantación. Nada más acertado para definir el proyecto de startup de José Eduardo, ingeniero forestal, y su socio Flávio, que decidieron hace dos años dedicarse a valorizar el trabajo de los pequeños productores orgánicos de su región.

José Eduardo y Flávio fueron desarrollando un concepto de negocio de impacto social diferente, pensado para visibilizar el trabajo de los agricultores. Iniciaron multiplicando por un lado los contactos, buscando ubicar empresas de inversión a las que venderían su idea. Por otro lado, fueron al encuentro de los productores orgánicos de su estado, trabajando a menudo de forma voluntaria en ferias locales, con el fin de generar una verdadera relación de confianza. “Lo que hace nuestra diferencia es esta relación que creamos con los productores” dijo José Eduardo, convencido de estar contribuyendo, junto con su socio y su equipo, al intercambio cultural necesario entre productores rurales y empresas urbanas. 
 


José Eduardo y Wilson, agricultor del norte del estado de Espírito Santo, quien beneficia de los servicios de Raiz Capixaba.

Tras capacitarse y analizar cuidadosamente la demanda de las empresas que los pequeños productores necesitan satisfacer, Raiz Capixaba fue desarrollando un sistema para rastrear la producción agrícola orgánica y ofrecer estas informaciones a las empresas de forma transparente y directa, sin necesidad de intermediarios. “Vendemos para las empresas datos e informaciones de producción. Es interesante para ellas porque respondemos preguntas como: ¿Quién tiene tal producto? ¿Cuánto tiene? ¿Dónde está el productor? Y más allá de la tranquilidad que damos a las empresas, acompañamos a todos los productores en el proceso.” 

Raiz Capixaba identifica de esta forma las necesidades reales de cada empresa y lleva estas informaciones a los pequeños productores que producen cantidades determinadas para su comercialización. “Nuestro sistema realiza previsibilidad de la producción de frutas y verduras a través de inteligencia artificial para prever la producción de acuerdo con la demanda identificada”, dijo.

Hoy, aproximadamente 70 empresas diferentes – clasificadas en cuatro categorías, que son: restaurantes, escuelas, supermercados o mercados y empresas de entrega de alimentos orgánicos – ubicadas en los estados de Espirito Santo y de Rio de Janeiro han respondido de forma positiva a la iniciativa. Y son entre 120 y 130 familias de productores las que se encuentran beneficiadas.
Las ventajas de este sistema son muchas. Entre ellas, cabe destacar la limitación del desperdicio de alimentos y el aumento de ingresos de los pequeños productores, ligado a su conexión con el mercado. La planeación de la producción, llevada a cabo por Raiz Capixaba en colaboración con los agricultores, garantiza además los precios tanto para quien vende como para quien compra. De esta forma, el productor, empoderado, se vuelve corresponsable en la venta de sus propios productos.

Wilson y José Eduardo, viendo las plantaciones.

La mirada de Raiz Capixaba es del campo para la ciudad y no de la ciudad para el campo. La empresa trabaja y mantiene un contacto permanente con los productores orgánicos certificados de su estado. Hoy quiere ampliar esta red de producción responsable a todo Brasil. Por ello, ya tiene mapeados a todos los pequeños agricultores, asociaciones y cooperativas certificadas. Por ahora, más de un tercio de los productores orgánicos del estado de Espirito Santo forman parte de este engranaje de buenas prácticas, implementado a favor de un campo con mayor inclusión de los productores en el mercado. Una inclusión que en realidad beneficia a todos los actores del sistema alimentario de la región. 

Para saber más sobre las acciones de Raíz Capixaba aceda su sitio web y páginas de Facebook e Instagram.

El Premio a la Innovación Juvenil Rural en América Latina y el Caribe (LAC) es una de las primeras iniciativas del Centro de Conocimiento y Cooperación Sur-Sur del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de las Naciones Unidas y es cofinanciado por el Mecanismo de cooperación Sur-Sur y cooperación triangular entre China y el FIDA. El Premio busca identificar, premiar y difundir iniciativas innovadoras y sostenibles realizadas por jóvenes de países de América Latina y el Caribe.