Enseñanzas sobre resiliencia que aprendí de las comunidades rurales en Guatemala - Plataforma de Conocimientos LAC

Enseñanzas sobre resiliencia que aprendí de las comunidades rurales en Guatemala

17 octubre 2022

Texto originalmente publicado en ifad.org

Por Andrea camargo

A pesar de ser la principal economía de América Central, la pobreza y la desigualdad están muy extendidas en Guatemala. El país registra la cuarta tasa más elevada de malnutrición crónica del mundo. Los pueblos indígenas, la población rural y las mujeres se ven afectados de manera desproporcionada por la malnutrición, la pobreza, la desigualdad y los peligros naturales, como las sequías, las inundaciones, los terremotos, los huracanes y las temperaturas extremas.

Durante muchos años, he trabajado en este extraordinario país como experta en seguros frente a riesgos climáticos y he analizado las opciones de aumentar la resiliencia de las personas más vulnerables ante los peligros naturales.


 

Adaptarse a un entorno en constante cambio

Las personas que he conocido en el corredor seco de Guatemala y en el noroeste, cerca de la frontera con México, me han enseñado mucho sobre biodiversidad y respeto del medio ambiente, pero también sobre resiliencia frente a las adversidades.

Recuerdo como si fuera ayer un debate de grupo en el que preguntamos a los participantes sobre sus mayores miedos. La respuesta fue unánime: la pérdida de biodiversidad y la amenaza a su supervivencia como consecuencia del cambio climático. Nos contaron cómo han cambiado las cosas con el paso de los años y nos llevaron a una zona por la que discurría un río al que sus antepasados solían ir para darle las gracias por una buena estación. Hoy el río se ha secado.

A pesar de sus aprietos, las comunidades que visité muestran un optimismo moderado y ponen en común sus ideas y los pasos que han de dar para adaptarse a la nueva realidad y mitigar los efectos negativos del cambio climático, con miras a asegurarse un futuro más esperanzador. Esto significa recurrir a métodos ancestrales para predecir los cambios en las condiciones climáticas (como los cambios en el comportamiento de los animales), adoptar prácticas ancestrales de agrosilvicultura, crear organizaciones comunitarias para financiar medidas de preparación, disponer de fondos de emergencia en caso de desastre y recibir apoyo de la familia y los amigos a través de las remesas y otro tipo de transferencias. Otras medidas más drásticas eran migrar a países como Estados Unidos.

 

 

Los seguros son esenciales

Con todo, para hacer frente a las sequías de consecuencias catastróficas, el exceso de precipitaciones o las inundaciones, urge incorporar instrumentos de gestión integral y de financiación de los riesgos como los seguros.

Guatemala ha dado importantes pasos en esta dirección a fin de dotarse de una cartera de instrumentos de este tipo. Desde 2016 se dispone de seguros basados en índices para gestionar los desastres. En 2018 Guatemala adoptó la Estrategia Financiera ante el Riesgo de Desastres y al año siguiente el país se sumó al Mecanismo de Seguros contra Riesgos Catastróficos en el Caribe (CCRIF).

En 2021, con el apoyo del FIDA, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) se asoció con la Organización de Microseguros contra Riesgo de Catástrofes (MiCRO) y con una empresa de seguros local llamada Aseguradora Rural para ofrecer un microseguro que brindase protección frente a las sequías y el exceso de precipitaciones a los pequeños productores y las microempresas y pequeñas empresas que generalmente no pueden acceder al crédito.

 

El programa INSURED, que promueve el uso de seguros agrícolas para fomentar la resiliencia y fortalecer los medios de vida, está financiado por la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo y su ejecución corre a cargo del FIDA por conducto de la Plataforma para la Gestión de Riesgos Agrícolas. A través de él, se ha venido prestando apoyo a la Oficina del PMA en Guatemala para ampliar su plan de microseguros. En 2022, gracias al plan se brindó protección a más de 9 000 personas, de las cuales el 80 % eran mujeres y cerca del 30 %, miembros de comunidades indígenas.

Esta labor se inscribe en el marco de un programa de alimentación basado en la producción local, financiado por el FIDA y ejecutado conjuntamente con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el PMA, cuyo objetivo es integrar a los productores en pequeña escala en la cadena de valor de las comidas escolares y facilitarles acceso a un mercado estable y una fuente de ingresos.

El diseño centrado en el cliente, el ensayo con modelos comerciales y de distribución innovadores y el compromiso inquebrantable de las partes interesadas fueron factores clave del buen resultado inicial del microseguro.

Prepararse ante un futuro incierto

De cara al futuro, el programa INSURED presta apoyo a la Oficina del PMA en Guatemala para diseñar el primer seguro basado en previsiones en América Central. Este producto concederá indemnizaciones basadas en previsiones y permitirá a las comunidades disponer de fondos para adoptar medidas que reduzcan los efectos de los períodos secos antes de que tengan lugar.

Este es tan solo el principio de un largo viaje y los seguros son solo un componente de un enfoque integrado de gestión del riesgo. Con todo, haciendo de la sostenibilidad el tema central del debate, estoy seguro de que los guatemaltecos estarán en mejores condiciones de gestionar los riesgos para poder garantizar un futuro más esperanzador a las generaciones futuras.

 

Conozca toda la labor del FIDA en Guatemala.

Entérese de cómo los seguros están ayudando a la población rural a aumentar su resiliencia, en particular gracias al programa INSURED.

Consulte más información sobre los microseguros del PMA.

Andrea Camargo es una jurista especializada en derecho de seguros que ha trabajado como experta en financiación de riesgos en el marco del programa INSURED desde 2019.

Fecha de publicación: 04 octubre 2022