En el Brasil, las pequeñas empresas contribuyen a un futuro sostenible - Plataforma de Conocimientos LAC

En el Brasil, las pequeñas empresas contribuyen a un futuro sostenible

4 julio 2024


© IFAD/Ueslei Marcelino

En la zona semiárida de la región del nordeste del Brasil no resulta fácil practicar la agricultura, ya que el cambio climático afecta gravemente a la región, con lluvias cada vez más irregulares y períodos de cosecha cambiantes.  

Debido a la degradación ambiental, gran parte del suelo de la región ya no es lo bastante sano como para retener agua, nutrientes o microorganismos. Para hacer frente a la situación, muchos agricultores abusan de los fertilizantes, los plaguicidas y el agua, que escasea, con lo que dañan aún más el suelo y crean un círculo vicioso. 

Sumidas en estas dificultades, las microempresas y las pequeñas y medianas empresas (mipymes) del estado de Rio Grande do Norte producen alimentos a la vez que protegen la naturaleza y, gracias al apoyo de una cooperativa local, su repercusión es aún mayor. 

Un éxito certificado 

Tiago José Souza lleva más de 25 años cultivando hortalizas en la explotación Asa Branca de Mossoró. Pese al cambio climático, en los últimos años ha logrado ampliar su actividad mucho más de lo que nunca hubiera imaginado.  

Como miembro de la Cooperativa Cooperxique, que cuenta con el respaldo del proyecto Apoyo a las Organizaciones de Pequeños Agricultores en América Latina (FO4LA), recibió capacitación en prácticas agroecológicas que aumentan la productividad al tiempo que cuidan el suelo.  

Además, Tiago se unió al programa de certificación de productos orgánicos de la cooperativa dirigido por la comunidad, que garantiza el cumplimiento de normas estrictas sin que sea necesario pagar un precio elevado para obtener una certificación privada. 

De este modo, su explotación prospera y los consumidores locales saben que obtienen productos inocuos y de calidad que no resultan nocivos para el planeta. 

Para Tiago, el hecho de que las pequeñas empresas adopten las decisiones de manera conjunta ha marcado la diferencia. “Todas las personas pueden participar y expresar su opinión por el bien común”, afirma. 


Tiago comprueba los cultivos de lechuga en su explotación de Mossoró © IFAD/Ueslei Marcelino 

Optar por las mipymes 

En 1928, Mossoró fue el primer lugar del Brasil en el que las mujeres obtuvieron el derecho de voto. Hoy, como líder de Cooperxique, Francisca Eliane “Neneide” de Lima, de 50 años, señala el camino hacia un desarrollo rural más sostenible.  

Neneide ha impulsado la creación de ferias agroecológicas en las que agricultores como Tiago exponen y venden sus productos orgánicos certificados. En ellas, los alimentos inocuos y nutritivos son tan accesibles para la población local como para la que vive en las grandes ciudades. 

“Damos prioridad a la vida de las personas frente al beneficio económico, y respetamos el medio ambiente, al ser humano y la naturaleza”, afirma Neneide. “No se trata de poner a disposición productos que no resulten nocivos: en ellos tampoco debe haber mediado violencia contra las mujeres, ni deben obtenerse gracias al trabajo infantil”. 

Neneide posa en la sede de la Cooperativa Cooperxique en Mossoró.© IFAD/Ueslei Marcelino

En la actualidad, Neneide ayuda a otros campesinos a forjar su propio camino gracias a las mipymes, sin que tengan que depender en exclusiva de las explotaciones agrícolas. Por ejemplo, sugirió a Ivoneide Alves, desempleada y madre de dos hijos, que asumiera la jefatura de una planta de procesamiento de pulpa de fruta en el marco del proyecto FO4LA. 

Ivoneide coordinó la instalación de equipos automatizados que las personas empleadas utilizan para recoger y procesar la fruta de forma limpia y eficiente. Doce variedades de fruta local orgánica, incluidos los anacardos y la cereza acerola, se convierten en pulpa y se envasan de conformidad con las normas de inocuidad. 

Tanto ella como sus colaboradores recibieron capacitación y obtuvieron la certificación pertinente gracias a la Cooperativa Cooperxique. Ivoneide reconoce lo importante que es para los consumidores tener acceso a productos sostenibles de elevada calidad. 

Ivoneide recoge cerezas acerola para llevarlas a la planta de procesamiento en la que trabaja en Mossoró. © IFAD/Ueslei Marcelino

Las pequeñas empresas agrícolas, ya se trate de explotaciones como la de Tiago o de plantas de procesamiento de los alimentos como la de Ivoneide, impulsan las economías rurales y son nuestra esperanza de contar con un futuro agrícola más sostenible. Es hora de reconocer sus posibilidades y de alegrarse por la existencia de estas mipymes y de las organizaciones que les prestan apoyo. 

En este enlace puede obtenerse más información (en inglés) sobre la importancia anónima de las mipymes para la agricultura mundial. 

 

Fecha de publicación: 26 junio 2024