Las proyecciones climáticas para el noreste y el semiárido indican un aumento de las temperaturas, con el previsible impacto negativo de la reducción de la productividad de los cultivos agrícolas, los ingresos de los agricultores, el agua y la seguridad alimentaria. En este contexto, los proyectos del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) en Brasil aplican una serie de soluciones adaptativas, tecnologías y técnicas innovadoras para hacer frente a la región semiárida, como la recogida y almacenamiento de agua de lluvia, la reutilización de aguas grises, los sistemas agroforestales, los bancos de semillas criollas, además de la formación y la asistencia técnica a los agricultores pobres. 

Al adoptar estas estrategias de adaptación al cambio climático a gran escala, la agricultura familiar desempeña un papel fundamental en la protección de los suelos, los ecosistemas y la biodiversidad, así como en la captación de carbono, la reducción de la pobreza y el fomento de la seguridad alimentaria y nutricional. Aunque los agricultores pobres, especialmente las mujeres, los jóvenes, los pueblos y las comunidades tradicionales, que son los grupos prioritarios para el trabajo del FIDA, son los más vulnerables a los efectos adversos del cambio climático, son actores clave en la construcción de un futuro resiliente. El FIDA, a través de su acción en el noreste, seguirá siendo un socio para la aplicación de soluciones e innovaciones resistentes al clima.
 

Disponible en portugués.